PROFECIAS BIBLICAS ¿ realidad o ficcion )
  EL CULTO AL DIOS SOL Y SU RELACION CON EL DOMINGO
 
El culto al dios sol y el domingo I Antolin Diestre Dr. en Teología Es importante reseñar, dentro de este estudio, que precisamente en las fechas del s. II D.J., se están dando, por separado, entre el Imperio y el Catolicismo romano, tres confluencias que darán su fruto en el futuro: 1) corriente antijudía favorecida, en uno u otro, por la actitud judía frente al imperialismo romano junto a la reacción de éste contra los judíos (esto hace necesario distinciones claras entre cristianos y judíos) y por el gnosticismo e ideologías aportadas por los cultos de misterios (Mitraísmo esencialmente); 2) aceptación de ciertos puntos claves que pudieran permitir comprobar las identificaciones o semejanzas entre el Imperio y el Catolicismo romano (de ahí la aceptación de una teología solar con cambios pertinentes, en esas fechas, respecto al día sagrado, los llamados cristianos y romanos están aceptando el día del Sol en lugar del Sábado o de Saturno; la sustitución de ciertos ritos por sacramentos al estilo del Mitraísmo, con que la sociedad romana participa; y una nueva concepción antropológica); y 3) la necesidad de una fórmula que otorgue la unidad. Este estudio se propone demostrar que el cambio relativo al día de reposo por parte de la Iglesia Católica Romana responde a una estrategia político eclesiástica en la que se involucra el concepto Iglesia y su naturaleza, valores doctrinales insustituibles, la pérdida de la fidelidad al verdadero Jesucristo, y claudicar ante las tentaciones satánicas que nos presenta el Evangelio relativas al Poder ya la Autoridad sobre el mundo (cf. Mt. 4:8-10, 1- 7). El Origen Mitra es llamado el Sol invictus. El Mitraísmo, desarrolla una religión de misterio que envuelve conceptos astrológicos y escatológicos 1 que desembocan en posiciones antropológicas de cuya influencia en el mundo romano está sobradamente probado 2. El Sol aparece como el astro Rey, el Absoluto. La teología solar que se desarrolla alrededor de este asunto es trascendental para comprender tanto la antropología individual, política y social. Mircea Eliade nos pone un ejemplo de los Misterios de Mitra: el monarca en la víspera de su entronización se introducía en una gruta "mientras que sus súbditos le veneraban (...) como a un niño de origen sobrenatural" merced a su identidad con Mitra 3. Es indudable que con la asunción por parte de Roma del culto Solar patrocinado por el Mitraísmo 4 o por cualquier otro culto oriental se está queriendo proyectar el valor de la Unidad y de la Autoridad Suprema que el Sol Invictus (Mitra, Helios o Apolos) representa a nivel celeste y entre los demás dioses. Poco importa el nombre (latino, griego o persa) que se le de al dios Sol Invictus, lo importante es comprobar el valor de este culto Solar que se introduce en el Ideario Imperial Romano, y que desde Augusto (dicho Ideario), recogido de César, se extenderá con las matizaciones que el Culto oriental al Sol Invictus le provee, hasta Constantino y su herencia. Ya Augusto a partir del 31 a.J. dedica dos obeliscos al Sol 5. Y el calendario de su época lleva una dedicatoria al Sol como una demostración más de la importancia que se le daba en su panteón de los dioses 6. Desde entonces el culto Solar se proyecta de un modo prácticamente natural 7, siendo contemporáneo al cristianismo 8. Mircea Eliade nos dirá: «Los cultos oriundos de Egipto y del Asia Menor gozaban de una sorprendente popularidad y contaban además con la protección imperial (...»> 9 «Muchos emperadores apoyaron al mitraísmo especialmente por motivos políticos ...» 10. M.J. Vermaseren: «Este deus sol invictus (dios sol invicto) lograría imponerse como principal dios solar si bien bajo una forma romana y no oriental, y absorbió las diversas tendencias hacia la adoración del Sol en el Imperio romano. Con los sucesores de Aureliano, incluido Constantino, todo ello se vería implicado en la política» 11 ¿Cuáles son esos motivos políticos? Ese culto solar público es el resultado de la identificación del Emperador con el Dios Sol: si el Sol preside a los demás astros de acuerdo a la religión astral oriental, y da unidad y orden, se está ofreciendo una fórmula política de primera magnitud 1 máxime que el misterio de Mitra involucra en su exposición un interés espiritual y político de acuerdo a la proyección del mundo celeste en el terrestre. La existencia de este culto Solar público se prueba: 1) por la existencia de lugares para ese culto 13; 2) con celebraciones de alto significado religioso a través de los banquetes sagrados donde se profundizaba en el misterio de acuerdo a un modelo divino y que tendrían que realizarse en el día apropiado al Culto Solar 14; 3) por la existencia, desde; el s. I d.J., de una semana planetaria donde aparecen los días de la semana afiliados a un : dios determinado, en el que sobresale respecto de todos el Solis Die.' 15; 4) por la conmemoración en ese Solis Dies, que corresponde al primer día de la semana o domingo,:l la fiesta semanal para los ciudadanos romanos desde comienzos del s. 11 d.l., e incluso para los miembros que se identifican con la Iglesia de Roma desde mediados del s. 11 16; 5) por la consagración del 25 de diciembre como la fecha del nacimiento de Mitra, el Sol Invictus 17; 6) por la adaptación de ese culto solar por los emperadores que se identifican con el Dios Sol, con un programa de alta significación político-religiosa 18: la Unidad y Universalidad que les provee la estructura Solar; 7) Y que culmina con la etapa Constantiniana por la trascendencia que supone para el futuro: creando una Iglesia de acuerdo al Ideario Imperial Romano 19 que asume en su ideología las características esenciales de la Religión Astral 20. 1 Günter Haufe, en El Mundo del Nuevo Testamento, vol. 1, op. C., p. 133, nos dirá: «Mitra penetró en Occidente con la expansión del Imperio persa, en Babilonia la creencia en Mitra se combinó con toda suerte de ideas astrológicas y escatológicas (...) llegó por último al Asia Menor. Prestigiosos magos fueron allí activos misioneros suyos. Presumiblemente fueron ellos los que de manera gradual dieron forn¡a mistérica al culto de Mitra» 2 Ver nuestro estudio y documentación en Cuando el Hijo del Hombre venga ¿hallará fe en la tierra? Clie, Terrassa - Barcelona 1997. 3 Historia de las Creencias religiosas, vol. ll, op. c., p. 315. En otro lugar el nuevo rey era considerado Mitra reencarnado (íd., p. 316). Cuando Ciro es proclamado reyes deificado como hijo de Mitra (íd., vol. 1, p. 335. 4 El Mitraismo se introduce en Roma por primera vez en la época de Pompeyo (s. I a.J), según Plutarco en vida Pompeyo XXIX, 5. Ver para esto a M. J. Vermaseren en El Crisol del Cristianismo, ed. Labor, Vitoria 1993, p. 253. Según este autor existen centenares de pruebas arqueológicas de la existencia de lugares de culto a Mitra en :diferentes sitios del Imperio Romano. .1ircea Eliade nos dirá: «En cuanto a la difusión del mitraísmo resultó verdaderamente prodigiosa: desde Escocia a Mesopotamia, desde. frica del Norte y España hasta Europa Central y los Balcanes» (Historia de las Creencias religiosas, vol. 11, )p. c., p. 320). . ..a revista ARQUEOLOGÍA (año ll, n° 13, Barcelona 1986), nos dirá que "la avalancha de seguidores de Mitra no edahastaels.ld.J.". CIL, VI, 701. Sobre ese culto al Sol por parte de Augusto ver a A. Piganiol, Histoire de Rome, 1954, p. 229; también a Gaston H. Halsberghe, The Cult 01 Sol invictus, E.l. Brill, uiden 1972, po 30 (no 6) (citados ambos por Bacchiocchi, Du Sabbat au Dimache, op. c., po 198). 6 El Fasti de Philocalus, Cll, 1, 2, 324 o Fastid'Amitemum, Cll IX, 4192 (recogido por S. Bacchiocchi, Du Sabbat au Dimache, op. Co, po 198). 7 M.J. Vennaseren (en arto "Mithra-Mithraísmo" de Enciclopedia Cattolica, 1952: «Mitra penetró en Roma con los prisioneros de Cilicia (67 a.l) ("0) su difusión aumentó bajo los Ravios y todavía más bajo los Antonios y Severos» (citado por S. Bacchiocchi, íd., op. c., p. 199, nota 17). 8 Esta afirmación del sabio especialista F. Cumont (en Textes et monuments figurés relatils aux Mysteres de Mithra, 2 vols., H. Lamertin, Bruxelles, 1896, 1898, vol. 1, po 338) basada en las pruebas históricas que aporta, sigue sin refutarseo Mircea Eliade (en Historia de las Creencias e Ideas Religiosas, op. c. po 494 nota 217) considera que esos dos volúmenes de Cumont continúan siendo indispensables. ws historiadores en su investigación se han visto obligados a reconocerlo: "Bajo el mandato de los emperadores de la dinastía Ravia, se difundió por gran parte del lmperio el culto de Mitra (...)" (en El Imperio Romano de ed. Sarpe, Madrid 1988, p. 82). "Las campañas orientales de Flavios (desde el año 69) y Antoninos (todo el s. n, d.l.) contra los Partos originaron una amplia difusión del Mitraísmo (...)" (Gran Historia Universal de ed. Nájera, Madrid 1988, vol. N, p. 431). 9 Historia de las Creencias e Ideas Religiosas, vol. n, p. 357. Citamos algunos ejemplos además de los ya indicados: Cónmodo (185-192) se inicio en los misterios de lsis y de Mitra; Caracalla (211-217), fomenta el culto Solar al Sol lnvictus; Aureliano incide en la teología solar en el culto al Sol lnvictus, Diocleciano eleva un altar a Mitra, y Constantino se identifica con el propio Sol lnvictus (ver sobre esto a Mircea Eliade, Historia de las Creencias e Ideas Religiosas, op. C. pp. 357, 358, 321, y Alister Kee, Constantino contra Cristo, de. Martinez-Roca, Barcelona 1990, p. 31). 10 Id., 321 11 Ver El Crisol del Cristianismo, op. c., po 260 12 Aureliano, sirve como representativo, cuando expresa la necesidad política de integrar la tradición romana en la teología solar de estructura monoteísta (ver Mircea Eliade, Historia de las Creencias e Ideas Religiosas, vol II, op. c., p. 358. 13 De lo cual no hay ninguna duda de acuerdo a la documentación que nos provee F. Cumont (ver nota 16) Y otros (ver Mircea Eliade, vol. 11, pp. 319, 320, Y nota 4 en alusión a la obra El Crisol del Cristianismo) que nos transmiten la existencia de santuarios en diferentes lugares. 14 Mircea Eliade, íd., p. 321. , Describimos a continuación la exposición en resumen que nos hace la revista Arqueología (Año 11, n° 13, op. c..) sobre el significado del culto a Mitra: «El otro gran acto cultual que se llevaba a cabo ... era el banquete sagrado, en el que los mystas ingerían pan y vino como representación de la carne y la sangre del toro inmolado por Mitra (...) El Pater pronunciaba unas palabras de bendición (...): "Salvaste a los hombres con el derramamiento de sang¡e , eterna" (...) la participación en la comunión permitía ... el nacimiento de una nueva vida, es decir, procuraba ... la existencia eterna. " Por consiguiente, el sacrificio del toro tiene un doble sentido de salvación: por una parte, representa una soteriología intracósmica, relacionada con la concepción escatológica mitraíca, es decir con la salvación en el Más Allá, facilitada a los iniciados por el sacrificio que permite un banquete en el que la consumición de la sangre y la carne del toro conlleva una fusión mística con la divinidad y una participación en la vida de ultratumba» Es indudable que el autor de esta cita note el parecido con la Eucaristía católico romana a la que se le considera también un sacrificio y misterio a través de la Misa (Ecclesia, 29-3-1980, p. 16, 34; Guía del Cristiano, ; Devocionario Popular, ed. Balmes Barcelona 1960, p. 210), Y que concluya diciendo: "en la mayor parte de los! casos los sacramentos (...) son prestamos paganos, esencialmente de la religión mitraíca". Para esta conclusión l pueden verse, entre muchos, a M.J. Vermaseren en El Crisol del Cristianimo, op. c. p. 254. ! No cabe duda que el significado de la Eucaristía se identifica con la Eucaristía mitraíca, no ocurre lo mismo con la Santa Cena evangélica que tiene un valor puramente simbólico y no sacramental. Es imprescindible retener, no obstante, un asunto que llama poderosamente la atención desde un punto de vista antropológico y soteriológico, la vida de ultratumba con la divinidad se asegura mediante la realización de esa obra sacrificial, yen su participación. Ya sabemos la concepción antropológica en la que se sobrentiende la inmortalidad del alma, y la resurrección del cuerpo al final de los tiempos, dentro del contexto religioso persa, donde se promociona el culto a Mitra. 15 La existencia y el uso de la semana planetaria en el s. I de nuestra era, está fuera de toda duda, puede verse documentación precisa sobre este asunto por S. Douglas Waterhouse en el excelente trabajo The Planetary Week. in the Roman West, en el primer apéndice de The Sabbath in Scripture and History, Review and Herald Publishing Association, Washington 1982, pp. 308-322. Nos presenta la evidencia de la llegada de la semana planetaria o astrológica en la época de Augusto en el s. I a.J.(íd., p. 309), y en el s. I d.J. en Italia y en la época de Nerón (íd.). Varios otros testimonios tanto de la India s. 11 a. J. como de Babilonia (íd. pp. 310, 311). La cita del historiador romano Dion Cassius es definitiva. En su Historia Romana, 37, 18 (escrita entre 200 y 220) nos confirma que la semana planetaria estaba "por todo lugar establecida y que se trataba de una costumbre antigua" (cf. S. Douglas Waterhouse, p. 313). Bacchiocchi alude al calendario de Nola (op. c., p. 201), y a la opinión'del arqueólogo A. Degrassi (Un nuovo frammento di' calendario romano e la settimana planetaria dei selle giomi, Atti del Terzo Congresso Internazionale di Epigrafia Greca et Latina, Roma 1957, pp. 103, 104) para ratificar el uso de la semana planetaria en la época temprana de Augusto. La religión del Dios Mitra exaltaba el domingo (el día del sol) como el más importante de la semana (S. Douglas Waterhouse, op. c., p. 314, cita a Gastón H. Halsberghe, op. c., p. 120). El predominio del Solis Dies (día del solo domingo), es la consecuencia lógica, tal como indica S. Bacchiocchi (Du Sabbat au Dimanche, op. c., p. 203) de la existencia simultánea de la semana planetaria en la que los astros son presididos por el Rey-Sol. De este mismo modo argumenta F. H. Colson en The week, University Press, Cambridge 1926, p. 75. En la nota 16 lo atestiguamos con documentos que demuestran al Solis Dies o domingo como festivo en el Imperio Romano en el contexto del culto Solar. 16 Justino, de los llamados Padres Apologistas (ver edición de Daniel Ruiz Bueno, op. c., pp. 258, 259) escribe, entre otros escritos, lo que se denomina ¡" Apología y es enviada alrededor del año 140 d. J. al emperador Antonino Pío. En esa Apología (67:3-7) se menciona por primera vez el día del sol como el día que conmemoran ciertos cristianos, los de la Iglesia de Roma, en los términos siguientes: «El día que se llama del sol se celebra una reunión de todos los que moran en las ciudades, o en los campos, y allí se leen, en cuanto el tiempo lo permite los Recuerdos de los Apóstoles o los escritos de los profetas (...). y celebramos esta reunión general el día del sol, por ser el día primero, en que Dios transformando las tinieblas y la materia, hizo el mundo, y el día también en que Jesucristo, nuestro Salvador, resucitó de entre los muertos; pues es de saber que le crucificaron el día antes del día de Saturno, y al siguiente al día de Saturno, que es el día del .sol, aparecido a sus apóstoles y discípulos, nos enseñó estas mismas doctrinas que nosotros os exponemos para vuestro examen» El motivo principal de traer a colación esta cita de la patrística, junto a otras es para comprobar como el día del sol que correspondía al primer día de la semana era un día festivo en Roma como consecuencia de la influencia del culto Solar mitraíco. A la vez que verificamos los efectos de esta costumbre en la concepción antropológica tanto Imperial romana como Católico romana, dado que esta última se erige como heredera y continuadora, y proyecta a su vez su influencia en el mundo occidental posterior. Bacchiocchi ha sabido presentar, como portador de un mensaje subyacente, la reiteración de Justino en la expresión "día del sol" que le hace al Emperador. Este podía comprenderle, porque durante el período de los Aavios y Antoninos se había extendido el culto a Mitra por el que también se reunían en el primer día de la semana para celebrar su culto. Quiere dejar bien claro su desmarque de los judíos, y su acercamiento al paganismo para un posible mejor entendimiento. También es de reseñar que emplee el término Saturno pare referirse al Sábado. Es evidente que Justino desea dejar bien claro al Emperador que ellos guardan el día del sol como lo están haciendo un buen número de conciudadanos. romanos adscritos al culto de Mitra. Su argumento se basa fundamentalmente no en la resurrección de Cristo sino en el hecho de que en el primer día de la semana de la creación, Dios quitó las tinieblas. Tertuliano en el 197 d.J. presenta en su Apología Ad Nationes 1:13, y en respuesta a la acusación de que los cristianos adoraban al sol por orar vueltos hacia Oriente y habiendo hecho del primer día de la semana o domingo su día de fiesta, la confirmación de que esas mismas costumbres las tenían los paganos, y lo aclara diciendo: «(...) de todos modos sois vosotros los que habéis admitido el sol en el calendario de la semana; y habéis escogido su día (Domingo) en preferencia al día precedente (Sábado) como el más conveniente en la semana, sea para una abstinencia de baño, sea para el reposo y los banquetes». Lo que nos interesa del pasaje en cuestión es la ratificación de que en Roma, los paganos tienen el domingo como día de fiesta, y ésta relacionada con el Solis Dies o Día del Sol. Tertuliano, tengámoslo en cuenta, asegura que el origen del domingo posee un origen solar, y que se ha iniciado a festejarse por Roma. Constantino, practicante de la religión solar, y que como veremos en otro lugar las causas de su legislación a favor del Solis Dies o domingo, manifiesta la idea de que la festividad del Día del Sol es una costumbre relacionada con el culto solar. En efecto si se observan los términos no hay más remedio que interpretar que se trata de una celebración que tiene su origen en el día de la semana que se consagra al Sol: «Sencillamente porque nos parece de lo más indecoroso que el Día del Sol que se celebra por su propia veneración, se ocupe con querellas jurídicas» (Clyde Pharr. The Theodosian Code and Novels and the Sirmondian Constitutions (libro 2, título 8, sección 1), Princeton University Press, ] 9520 Cumont ha dejado bien claro en sus estudios sobre Mitra, y en relación a sus lugares de culto y al tiempo en que se reúnen, lo siguiente: «Cada día de la semana, el Planeta al cual estaba consagrado era marcado en un lugar determinado de la Cripta, y el domingo el que presidía el Sol era particularmente santificado» (Les Mysteres de Mithra. Bruselas, 3' edition, 1913) «El Dies Solis, era evidentemente el día más sagrado de la semana para los fieles de Mithra y (000) debían santificar el domingo» (Astrology and re/igion among the Greek and Romans, 1912, po 163)0 Ver sobre estas citas al propio Franz Cumont en Textes et Monuments figurés relatifs aux mysteres de Mithra, Bruxelles 1899, ppo 325, 339)0 So Jankélévitch afirma: "Si hay un punto sobre el cual la mayor parte de los historiadores están de acuerdo, es sobre el lazo estrecho que existe entre el Domingo cristiano y las concepciones astrológicas de la mitología del Mazdeísmo" (Prefacio del libro Le Sabbat de William-Oscar-Emil Oesterley, Paris ]935, ppo 45, 46)0 Si ya cuando se introduce el,culto solar por los seguidores de Mitra (en el so ] aojo y so I doJo) viene precedido por un dfa de la semana que se consagra al sol tanto en Persia como en otros lugares (ver a So Douglas Waterhouse, en The Planetary Week in the Roman West, primer apéndice de The Sabbath in Scripture and History. po 314), si la existencia de la semana planetaria, en la que cada día de la semana corresponde a un planeta, siendo el domingo o primer día de la semana ocupado por el Sol, que adquiere un rango preferencial sobre los demás días, si además hay referencias claras históricas en el sentido de que los ciudadanos romanos celebraban y veneraban el día del sol como siendo el primer día de la semana, se está demostrando que hay una asunción de la teología solar con todas las implicaciones socio - antropológicas que esto conlleva tanto a nivel particular como colectivoo Los autores del Diccionario Patrístico y de la Antigüedad Cristiana (vol. ], op. C., p. 629), para quitar importancia a este hecho se atreven a decir por un lado que "La celebración dominical aparece como una creación de la Iglesia Cristiana", considerando un primer indicio 1" Cor.16:20 Después presentan dos hipótesis la del traslado del sábado al domingo, o la que acepta que desde el principio sería el domingo (íd. p. 629), añadiendo que "puesto que la tesis del traslado de la celebración tiene dificultades, parece más seguro suponer que los cristianos se reunían para la eucaristía la noche del domingo (Hecho 20:7; Jn. 20:19; 20:26)"0 Realmente estas afirmaciones son sin pruebas, puesto que los textos no dicen nada respecto al domingo como día festivo ni mucho menos "día del Señor", se le sigue llamando "primer día de la semana", y no hay ninguna indicación escritural de cambio; además la noche del domingo sería el lunes, ya que los días para la Biblia terminan a la puesta de sol. Aunque se presenta esta hipótesis de manera poco ortodoxa y desordenada y, tal como ya hemos podido comprobar en otros lugares, no hay demasiada dificultad para su refutación y rechazo natural o Dichos autores se ven obligados a contestar (íd., pp. 629, 630) a Bacchiocchi respecto a su tesis doctoral defendida en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma en relación a la influencia del culto a Mitra en la introducción del domingo en la llamada Iglesia de Roma, de la siguiente manera: «Día consagrado al sol, antigüedad grecorromana so 1 d.J.» «no noticias en la antigüedad no cristiana de una celebración dominical» «ni siquiera en el culto a Mitra este día asumió tan pronto particular importancia» «Consiguientemente es una hipótesis mal fundamentada suponer un originario influjo del culto solar sobre el domingo cristiano (contra So Bacchiocchi); sin embargo se puede advertir un influjo secundario» «La tesis adventista (representada nuevamente por S. Bacchiocchi, según la cual la celebración dominical se introdujo al final del siglo II a través de la Iglesia de Roma como reacción antijudaica y en dependencia del culto pagano del sol, se apoya en bases muy débiles» Si se observan estas citas con detenimiento se notará una falta de argumentos y documentación precisa (no se adjunta ningún dato probatorio) que demuestre la opinión contraria a Bacchiocchi. El hecho de que se presente que no hay noticias en la antigüedad no cristiana de una celebración dominical no desdice en nada a lo que las citas de Justino y 'Í'értuliano aseguran. Ellos afirman dirigiéndose al emperador y a los romanos que guardan el mismo día que el/oso Por otra parte hemos de entender la forma que unos y otros tienen en expresar esta circunstancia histórica. En efecto, mientras que ciertos llamados cristianos se ven obligados a singularizar la celebración dominical, porque es un asunto político - religioso a destacarse, no ocurre lo mismo por la sociedad pagana para el caso de tener que entresacar selectivamente ese aspecto. Parece extraño que los autores del Diccionario Patrístico, no estén familiarizados con el modo de obtener las fuentes. La sociedad romana no tiene porque demostrar ni presentar con ningún documento que guardan el domingo. Es suficiente que se hayan encontrado centenares de lugares de culto a Mitra en todo el Imperio, se den estos siete puntos que estamos probando, y que se sepa que la religión mitráica disponía de un día dedicado a la celebración de sus misterios, asunto que demuestra por las indicaciones encontradas en las criptas, donde el día del Sol, destacaba como siendo el día que se celebraba, y por el proceso evolutivo que dicho día alcanza en la época Constantiniana. Si se observa en la cita de Constantino ya expuesta «Sencillamente porque nos parece de lo más indecoroso que el Día del Sol que se celebra por su propia veneración. se ocupe con querellas jurídicas» Esta declaración muestra que el día del Sol está plenamente establecido como fruto de una tradición anterior. Lo mismo sucede con el decreto del 13 de agosto del 389 de Timasius de Roma y Promotus donde se afirma: "... contamos también con el día del sol que los antiguos han llamado justamente el Señorial y que llegó a ser periódico". El culto a Mitra, tal como ya hemos documentado, contiene ya el día del domingo como día preferencial, y no creen necesario el tenerlo que reseñar especialmente, puesto que ya se está transmitiendo con su culto, y el valor del domingo en la semana planetaria que ha quedado consignado en numerosos lugares donde se tenían las reuniones cúlticas. El que se diga que se apoya, lo del s. II respecto al origen del domingo en la comunidad de Roma, en bases muy débiles, sin que se presente documentación precisa probatoria, es la demostración de que la tesis de Bacchiocchi es irrefutable. Y la admisión de que se puede advertir un influjo secundario del culto de Mitra en el domingo romano, es de nuevo una opinión interpretativa que no corresponde a la realidad total. Nos gustaría saber en qué se basan los autores para poder admitir que ha habido un influjo secundario. Sin duda que cuando presentasen los documentos y fuentes para tal admisión, las opiniones podrían variar, y de lo secundario llegar a lo primario. 17 Una connotación más de la influencia del culto solar sobre la Iglesia de Roma es que el dies natalis Solis Invicti (nacimiento del Sol Invencible) que se celebra anualmente en honor a Mithra corresponde al 25 de diciembre, el día escogido para la celebración de Navidad, del nacimiento de Jesús (ver sobre esto a G. H. Halsberghe, The cult ofSolInvictus, op. c., p. 174). 18 Nótese, en esta cita de Mircea Eliade (Historia de las Creencias e Ideas religiosas, vol. II, op. c., p. 398) la importancia del culto solar desde un punto de vista político, y las implicaciones en el aspecto socio-religioso y antropológico en el Cristianismo: «Aureliano había comprendido la importancia de una teología de estructura solar monoteísta para asegurar la unidad del Imperio (...) Se fijó el aniversario del Deus Sollnvictus el 25 de diciembre, "día natalicio" de todas las divinidades solares orientales (...). «El carácter universalista del culto y de la teología solares había sido reconocido o presentido por los devotos griegos y romanos de Apolo-Helios, así como por los adoradores de Mitra y de los BaaIes sirios. Aun más, los filósofos y los teólogos eran en gran número adeptos de un monoteísmo de estructura solar (...) los numerosos sincretismos religiosos, los misterios, el desarrollo de la teología cristiana del Logos. el simbolismo solar aplicado a la vez al Emperador y al Imperium ilustran la fascinación que ejercían la noción del Uno y la mitología de la Unidad». 19 Ver nuestro desarrollo a continuación. 20 Id.. El culto al dios sol y el domingo II Teniendo en cuenta las notas a pié de página que hemos desarrollado, probando las aseveraciones que preceden, podemos concluir afirmando que el Imperio Romano ha experimentado, a través de la sociedad, la influencia de los cultos orientales, especialmente del Mitraísmo. Dentro de ella, lo más representativo del Gobierno, adopta la teología Solar, aprovechándose de esta coyuntura socio - religiosa, proyectando una estructura política unitaria y absolutista, ordenada de acuerdo a la Religión Astral. Las implicaciones en la antropología individual y en el comportamiento social y religioso de este tipo de práctica, se trasluce en las creencias religiosas de los ciudadanos y paralelamente en la Iglesia de Roma, que como veremos seguidamente, se ve, en un proceso histórico influida por lo fundamental del Mitraísmo, culminando en la época Constantiniana, en la que en virtud del Emperador, adorador del Sol y dependiente de esa teología Solar, hace surgir una Iglesia Imperial, en la que, como veremos las transformaciones que se han operado, son evidentes. Veamos todo esto más de cerca, especialmente lo relativo al comportamiento de Constantino y a esa Iglesia de Roma que confluyendo ambos en esa etapa histórica, se visualiza el resultado evolutivo de toda una serie de actitudes y de manera de pensar. Antecedentes relativos al Día del Sol o Domingo o Primer día de la Semana y la corriente antijudía De nuestro estudio precedente se deja constancia de que Roma ha sido influida por el culto solar en honor a Mitra, aceptando los valores religiosos que le interesan para una aplicación política, incluido el día de fiesta característico: el día del Sol, el Domingo, el día del Señor Mitra, que representa la unidad del que preside en los astros. Por las citas de Justino (alrededor del año 140 d.J.) y Tertuliano (alrededor del 190 d.J.), que entran dentro de una serie de documentos sobre el particular, sabemos que el día del Sol o Domingo, era el día festivo de los romanos y anterior a la adopción que la Iglesia de Roma toma de ese mismo día, y que en la época tanto de Justino como de Tertuliano, se ha adoptado por dicha Iglesia de Roma. Lo que demuestra por la identidad con el día del Sol con que uno y otro denomina al día de fiesta cristiano, que ha sido influida también por el Culto Solar 21. La corriente gnóstica de ciertos padres de la Iglesia representativos y la llamada gnosis cristiana con su interpretación espiritualista, sincretista y opuesta al Sábado: la línea antijudía de la gnosis cristiana y de los llamados Padres de la Iglesia paralela a la del Imperio Romano La Iglesia de Roma, ha experimentado cambios desde después de la muerte de los apostoles (cf. Hech. 20:27-30; 28 Tes. 2:3-7), tanto en el plano doctrinal como en el estructural y organizativo 22. En efecto, diversos autores han constatado que si bien ciertos escritores cristianos antiguos, representativos de una cierta línea oficial eclesiástica, se oponen a ciertas formas cristiano-gnósticas, refutándolas en parte, se ven influidos por lo que combaten 23, hasta el punto que se adoptan ideologías gnósticas y costumbres que responden a idearios ajenos a la Palabra de Dios, o bien se acepta desde el primer momento la gnosis como elemento de comprensión del cristianismo 24. El Gnosticismo es un vehículo del antijudaismo 25, y así vemos como el sábado es considerado un símbolo y en cuanto a su forma externa y literal habría sido abolido 26. Es interesante observar como en esa línea evolutiva el gnosticismo de Marción 27 que rechaza el llamado Antiguo Testamento y la Ley de Dios, oponiendo continuamente el llamado Nuevo Testamento al Antiguo, aceptará el "día del Sol" o domingo que los gnósticos celebraban 28 en lugar del Sábado. Esto queda refrendado por cuanto Marción es influido, como ya sabemos por el gnosticismo, y éste influirá a su vez sobre el maniqueísmo que se desarrolla por Mani hacia el 215 al 275, y del que Agustín de Hipona, dirá que es "en el día del sol que tenéis el hábito de adorar" 29. La oposición hecha a la institución sabática por el maniqueísmo y el influjo sobre este del gnosticismo ha sido ampliamente constatada 30. Independientemente de los casos extremos que surjan formando una gnosis todavía más alejada del verdadero núcleo cristiano, la Gnosis denominada cristiana tendrá las mismas celebraciones dominicales donde realizan la misa eucarística 31, lo que muestra la asunción del domingo eucarístico tal como la corriente cristiana llamada ortodoxa. Las diferencias entre una y otra es puramente administrativa. Y es que tanto una como otra, en un grado u otro, según los casos, habían recibido la influencia de las religiones de Oriente, de la filosofía griega platónica y de la teosofía, junto a un cristianismo que intentan hacerlo compatible 32. Refiriéndose al culto solar y a sus consecuencias Francis Legge afirmará: «Los cristianos mismos no pudieron durante mucho tiempo resistir a esta invasión, y uno puede constatar el compromiso por el que la Iglesia católica en esta materia llegó a hacer coincidir el día del Señor con el día del sol, como también a la adopción por la Iglesia del 25 de diciembre, día del nacimiento del invencible dios sol, como el día del aniversario del nacimiento de Cristo. No es por azar que los emperadores que han reinado inmediatamente antes del establecimiento del cristianismo se hayan dado al culto del dios sol, la divinidad particularmente reverenciada por la familia a la que pertenecía Constantino» 33. Agostinho de Almeida - Paiva dice: «El primer día de la semana, el domingo, era, desde hacía tiempo consagrado al sol; esto es lo que afirman varios autores, el sol siendo dios, el Señor por excelencia, el domingo vino a ser llamado el día del Señor, tal como ocurrió más tarde en el cristianismo» 34 Esto se une al hecho del desmarque respecto a los judíos 35. Dada la corriente antijudía que en el propio Imperio se está ofreciendo, es imprescindible diferenciarse absolutamente de las raíces hebreas 36, a fin de que ciertas estrategias que el colectivo Católico en Roma va adquiriendo en cuanto a su concepción Monárquica absolutista, y su intento de unión con Roma Imperial 37 pueda darse. Sin olvidar el desgaste que las persecuciones proyectan sobre los cristianos. Es decir, a tenor por la documentación ya indicada, se están dando tres acontecimientos en paralelo que de forma natural y en base a una intención, el domingo desbancará al Sábado en un proceso que empezará en la Iglesia en Roma y posteriormente, cuando las circunstancias sea oportunas se ampliará a todo el Imperio. En efecto. Por un lado tenemos toda una serie de paganos que aceptan la iglesia, pero que ya vienen con su "día del Sol": «Es interesante observar que Mitra era llamado dominus o Señor, y el domingo debió de ser llamado día del Señor, mucho antes de la era cristiana. El domingo, dedicado al sol, era sagrado desde hacía mucho tiempo para numerosas religiones paganas. Era en particular, el día santificado por los adoradores de Mitra, que sin duda lo designaban también con el nombre de día del Señor (...) los cristianos (...). Parece que fueron influenciados, en este ámbito como en tantos otros, por la costumbre pagana, y que el domingo fue adoptado porque los adoradores de Mitra y demás divinidades solares, consideraban que esa día era sagrado, y que era imposible suprimir aquella ancestral costumbre» 38. «(...) el día del sol se convirtió de manera natural, en el día del Salvador entre los cristianos llegados del paganismo» 39. Esta forma natural de la que nos habla el autor precitado no se da sin más. Es necesario por un lado que el día del sol haya sido adoptado por el paganismo, y que la Iglesia Católica en Roma haya renegado del Sábado como fruto de toda una actitud antijudía que prepara el terreno para la acogida de esos paganos con su día del Sol 40. Alrededor del 130 d.J., se nos informa, por los documentos tanto de Bernabé en su epístola como posteriormente (a. 140 d.J.) por Justino en su Apología y su Diálogo contra Trifón, y después por otros como Teófilo de Antioquía (s. 11) 41 Ireneo (s. 11) 42 que culminan con Tertuliano (a. 190-200 d.J.) 43, Clemente (s. 111) 44, Orígenes (s. 111) 45 Cipriano 46 (s. 111) esa corriente antijudía y la aceptación del Domingo, denominado día del Sol, como la fiesta semanal de los cristianos de Roma. Esto llega a ser una realidad fruto de esa confluencia de paganismo entrante y de lo que peyorativamente se llama judaísmo saliente. Desde esa convergencia, la estrategia de unirse con el paganismo romano en el día del Sol, y en otros aspectos implicados en la teología Solar, cobra una dimensión que fructificará con Constantino. Independientemente de los documentos que en nota aparte hemos consignado, numerosos autores, varios ya citados, reconocen la desaparición de la influencia lógica de lo hebreo a fin de fijar "sus reuniones de oración en domingo, día que observaban los mitraístas" 47. Antijudaísmo Romano y el abandono gradual del día dedicado a Saturno como preferencial con la aceptación del día del Sol, dada la aceptación de la teología solar mitraica. En la época en la que se da una corriente antijudía por parte de los llamados Padres de la Iglesia (s. 11 d.J.), ha ocurrido un cúmulo de acontecimientos por parte del Judaísmo contra el invasor Romano. Desde la destrucción de Jerusalén en el año 70 junto a todas sus revueltas que culminarán en la época del emperador Adriano (a. 117 a 138) 48, los judíos han sido maltratados y perseguidos, y en el futuro, sus derechos a practicar su religión han: sido restringidos al mínimo 49. Desde Adriano se ha prohibido la circuncisión so, el sábado y el estudio de la Torá. El problema que se suscita a comienzos del s. II, es, que el Cristianismo es confundido por Roma como grupo judío más. Nótese la cita de este historiador que explicando la situación creada por los judíos a partir de finales del siglo I con lo que se añade de comienzos del s. II nos invita a reflexionar sobre el estado de la cuestión judía - cristianismo: «Otra causa contribuyó a la indiferencia, desprecio y repugnancia con que los romanos miraron, durante tanto tiempo al cristianismo. Esta causa fue la creencia general de que la nueva religión era simplemente una rama de la judía, y como los romanos confundían a los cristianos con el pueblo judío, que tan antipático se les había hecho, los trataron a todos de la misma manera. Así puede decirse que todas las atrocidades y persecuciones que Nerón, y después Domiciano (...) hicieron sufrir a los cristianos, no fueron cometidas contras éstos como tales, sino como odiados judíos» 51. Si se observa, con Domiciano llegamos a finales del s. I., y el replanteamiento del colectivo católico romano, a la muerte de todos los apóstoles, respecto a la cuestión judía, hace vislumbrar una nueva etapa en la que la distinción con los judíos se impone. Pero téngase en cuenta además que desde el siglo 1, la teología solar ha hecho mella en los emperadores y en la sociedad romana. Esa teología solar, en su línea evolutiva histórica, les ha proporcionado a los romanos una ideología unitaria cuyo día del Sol a celebrar por todos es una realidad representativa de la unidad. Téngase en cuenta por otra parte que los romanos desde muy antiguo celebraban como, día de fiesta el séptimo día o sábado en honor a Saturno 52, y que en un proceso que se extiende desde el s. 1, van desplazando ese día por el primer día de la semana o día del Sol que les proporciona la teología solar del Mitraísmo, de lo cual, tanto Justino como Tertuliano en el s. 11 d.J. 53 dan cuenta de ello, cuando consideran que los romanos lo han adoptado en fechas anteriores al 138 d.J.. La pregunta que impone la cuestión judía, es: ¿Cómo distinguirse de los judíos a fin de que los Romanos no nos confundan, y podamos ejercer nuestra misión evangelizadora acorde a nuestro propósito? Siguiendo la misma conducta que el Imperio Romano representado en una de las cabezas de la Bestia Apocalíptica, cuya autoridad es dada por el Dragón (Ap. 13:1, 2). La distinción con los judíos no autoriza a hacerlo sacrificando las auténticas y perennes raíces hebreas sino aceptando la Palabra de Dios, y siendo fiel en todo a Jesucristo. En realidad comprobando el destino y resultado de las acciones llevadas a cabo en esas trágicas fechas se descubre que el objetivo evangelizador está mediatizado y asombrosamente cambiado, si se tiene en cuenta la exigencia de la fidelidad a Dios. Una evangelización que suponga desvalorizar la Palabra de Dios o transformarla en palabra de hombre, no es la auténtica evangelización. Y la naturaleza y estilo de la evangelización que el Catolicismo Romano apunta, es la de la unión con el Imperio Romano, y para ello es preciso llegar a coincidir con el en lo esencial, aunque para ello haya que sacrificar la verdad, premisas de vital importancia. Eso es lo que estamos comprobando, y lo que la historia nos demuestra. Es sorprendente que la conducta del Imperio Romano desde el año 70 haya sido antisemita o antijudía, abandonando el día de la semana planetaria (el Sábado) que se dedica a Saturno 54, adoptando el primer día de la semana o día del Sol, y que lo más representativo del Catolicismo Romano propugne y proclame en sus escritos también, una actitud antijudía, abandonando el día séptimo de la semana Creativa, y adopte del mismo modo el primer día de la semana o día del Sol ¿Casualidad? ¿O evidencia de lo que realmente estaba sucediendo? Nuestro estudio nos está poniendo sobre las pistas de la mayor falsificación de la historia. Después de este tránsito, el siglo IV, del que nos ocuparemos a continuación; será definitivo para la consagración del día del Solo primer día de la semana como día del Señor o domingo. En dicho siglo los protagonistas excepcionales: Eusebio de Cesarea como un falsificador sin igual, el obispo de Roma de turno, la propaganda de los obispos y escritores más representativos, los concilios y especialmente las leyes imperiales con el liderazgo e ideario Constantiniano impondrán por la fuerza que da el poder mundano y el propio engaño, el Domingo. A partir de ese momento se borrará casi todo vestigio del Sábado, que si bien se mantendrá en algunos lugares del Imperio hasta el siglo V, desaparecerá, a excepción de colectivos minoritarios y de ciertos personajes que harán honor a la fidelidad que debemos al Dios de la creación y de la Redención. 21 Hugo Rhaner (En Greek Myths and Christian Mystery, traducción de Brian Battershaw, London 1963, pp. 107, 108) dirá respecto a esto en relación al día festivo de los romanos del Imperio: «Es un hecho establecido que los Romanos habían comenzado a contar el domingo y no el sábado (...) y esto ha llegado, no en virtud de una influencia cristiana, sino a causa de la difusión creciente del culto del sol en el imperio romano de la última época» 22 Ver Historia Universal de Walter Goetz. vol. II. pp. 563-570. La primera cita que menciona al primer día de la semana como "día del Señor" es un libro apócrifo el llamado Evangelio de Pedro, escrito hacia el año 150 d.l. (Ver Los Evangelios Apócrifos, BAC, Madrid 1963, p. 389). Independientemente del poco valor que tiene esta cita por ser un evangelio Apócrifo, por las mismas fechas tenemos el documento que antes ya hemos citado El Evangelio de Tomás, que habla del Sábado como el día a celebrar; poseemos también del s. II d.J. la llamada Logia de Oxirhynchus (ver Los Evangelios Apócrifos, op. c., p.9), conteniendo una exhortación a observar el Sábado. Y en el libro apócrifo de Los Hechos de Juan (de la mitad del s. II), en el cp. VI, se dice que "... En el séptimo día era el Señorial". Es decir que hay para todos los gustos. Pero es evidente que el anacronismo que presenta ("El Evangelio de Pedro") denominando al día de la resurrección, que los evangelios canónicos lo presenta como siendo el primer día de la semana, no solamente evidencia el ser un escrito falso sino que además se muestra el intento, en una temprana fecha, de introducir el téonino Kuriaké que se aplicó posteriormente a ese primer día de la semana. 23 Ver a Vittorio Subilia, 11 problema del Cattolicessimo, Torino 1962, pp. 138, 139; Albert Dufourcq, Saint lrénée, coll. Lo pensée Chretien, 3' edición, pp. 182, 192-194; loseph Turmel (con el seudónimo de Louis Coulange, Lo Vierge Marie, Paris 1925, pp. 31, 32; Eugene de Faye, Origene, sa vie, son oeuvre, sa pensée, vol. ill, Paris 1928, pp. 160,207. 24 Como fruto de la helenización se introduce el Gnosticismo en el Cristianismo representado por los llamados "padres de la Iglesia" a partir del s. II y tomando cuerpo en el III. El sincretismo es evidente por lo que unos y otros adoptan. Nuestra idea, avalada por los historiadores que han estudiado en profundidad el tema, es que hay una corriente lenta en la que se opera la helenización, con el ideario gnóstico incluido, de modo progresivo, lo que correspondería al Catolicismo jerarquizado que le interesa controlar la "gnosis"; mientras que por otra parte hay un Gnosticismo que aceptando las ideas cristianas las heleniza mucho más rápidamente (sobre esto consultar a Elaine Pagels, Los Evangelios Gnósticos, Grijalbo, Barcelona 1996; y ver el artículo de Harnack en el Dictionnaire d'histoire et de géographie ecclesiastique, Letouzey et Ané, Paris 1987, fascículo 121, col. 266, 267). Tanto los estudios de F. Blanchetiere (Revue d'Histoire et de Philosophie Religieuses, n° 53, 1973, pp. 365-397) como los Robert Grant (Lo gnose et les origines chretiennes, Paris 1964, p. 155), nos muestran como la parte más reeresentativa de los llamados "padres de la Iglesia" hacen uso profuso de las ideas gnósticas (ver también a Marcel Simon-Andre Benoit, El judaísmo y el cristianismo antiguo, ed. Labor, Barcelona 1972, pp. 206-216). Respecto a este último debe tenerse en cuenta a los autores que cita y especialmente los propios contenidos de los padres de la Iglesia que han absorbido la filosofía platónica y la gnosis. 25 Ver Encyclopaedia Universalis, Gnostiques, Paris 1995, vol. 10, p. 538. 26 Ptolomeo, Carta a Flora 8, 9, traducción G. Quispel, Paris 1949, pp. 59, 61. . 27 Sobre este Gnosticismo puede verse a Reinhold Seeberg (Historia de las Doctrinas en la Iglesia Antigua, vol. 1, op. c., p. 111 Y ss.; también vol. 32 de La Enciclopedia de Espasa Calpe, p. 1352, 1353. Marción llegará a Roma sobre el 140 d.J., y experimentará la influencia del gnóstico Cerdo (ver Historia de las Doctrinas en la Iglesia Antigua, vol. 1, p. 111.) 28 J.A.W. Neander, The General History ofthe Christian Religion and Curch, vol. 11, 1851, p. 194. LA Gnosis no debe ser entendida como una religión o filosofía ajena al cristianismo que se está desarrollando. Se puede comprobar que hay una gnosis que se considera cristiana desde antes de mediados del s. 11 d.J., Y diversas iglesias gnósticas cristianas. Una prueba lo sería, por un lado ciertas argumentaciones de San Juan, y la gran cantidad de escritos apócrifos relativos a los evangelios ya los hechos de los apóstoles. En numerosos padres de la Iglesia aparecen conceptos gnósticos aun cuando parezca que ataquen a la Gnosis. La cuestión está en que el conflicto que se mantiene entre los que representan una postura llamada gnóstica y la ortodoxa, salió vencedora esta última (ver sobre esto a Elaine Pagels, Las Evangelios Gnósticos, Grijalvo Mondadori, Bercelona 1996). Esta Gnosis cristiana experimentó una evolución, pero mucho más rápida que otras corrientes cristianas, dadas sus premisas. Y así vemos como en el Evangelio de Tomás (comienzos del s. II) se reconoce el sábado como el día de reposo a celebrar (86:18-20, versión bilingüe copto-castellana, ed. 7 Y2, Barcelona 1981, p. 35), sin embargo, fruto del desarrollo de su concepción dualista, en la que luz prima sobre todo, pronto "el primer día de la semana planetaria" consagrado al Sol, tuvo una preferencia sobre el Sábado. 29 San Agusín "Contra Fausto" (cp. 5). 30 Joseph Turmel (con el seudónimo de Louis Coulange), La Messe, Paris 1927, p. 26; Paul Alfaric (L' Evolution Intellectuelle de Saint Agustin, vol.I, Paris 1918, p. 188). 31 Ver sobre esto vol. 26 de la Enciclopedia de la Espasa Calpe, p. 394 Y Elaine Pagels, Los Evangelios Gn6sticos, op. c., p. 167. El mismo autor reconoce que lo que molesta a la Iglesia oficial de estas corrientes gnósticas, es su pretendida diferenciación de espirituales frente a la iglesia institucionalizada por la jerarquía episcopal. Si lo que define el ser Iglesia es la condición espiritual y la interpretación espiritualista que cada uno considera como válida, se destruye esa autoridad. En realidad la fuerza de los gnósticos está en saber que lo que se está defendiendo por parte de un cierto colectivo es la autoridad sin más. 32 J. Matter en Gnose prechretienne et biblique, Supplément au dictionnaire de la Bible, Letouzey et Ané, Paris 1938, vol.lII, col. 661. 33 En Forerunners and Rivals ofChristianity, Nueva York 1964, vol. 1, p. 349, nota 4. 34 O Mitraismo, Porto 1916, p. 3. 35 Sobre esto ver a Bacchiocchi, du Sabbat au dimanche, op c., pp. 177-194. 36 Ver nota 122 y 49, y el texto> motivo de las notas. 37 Este intento ya se manifiesta en el s. 11, en la época de los Antoninos (ver Historia Universal de Walter Goetz, vol. 11, pp. 566-570; también la carta ya mencionada de Justino). 38 A. Weigall, Survivances paiennes dans le monde chrétien, Paris 1934, pp. 126, 196, 197. 39 A. Loisy, Les Évangiles synoptiques, vol. 1, Paris 1907, p. 177. 40 Tanto Bemabé con su carta (alrededor del 135 d.l.) como lustino con su Apología y Diálogo con Trifón (alrededor del 135 al 140 d.l.) justifican el guardar el domingo como el octavo día desacreditando el Sábado (ver Epístola de Bemabé cp. 15:1-8 en Padres Apostólicos, edición de Daniel Ruiz Bueno de la BAC, Madrid 1965, i pp. 801, 802) Y (1" Apología de Justino 67:7; Diálogo con Trifon de Justino (24:1; 41:4; 138:1) en Padres Apologistas, edición de Daniel Ruiz Bueno de la BAC, Madrid 1954, pp. 340, 370, 541, 542). Paralelamente, no se olvide, se está dando una corriente antijudía en el Imperio Romano, las antipatías de los Aavios, las prohibiciones de Adriano respecto del sábado (ver nota 122 y 49 Y motivo de la notas); y una asunción de la teología solar con el día del Sol como festivo, y en el que acuden a criptas o capillas a celebrar los misterios de Mitra. 41 Nótese las intenciones que se le hacen tener a Dios, que El "llama al pueblo judío (...) y lo constriñe ... a creer en la resurrección del Señor, (...) a fin de que el pueblo pasase del sábado de la ley al primer día de la semana" (Comentario a los Evangelios, un comentario de Teófilo de Antioquía, que aunque perdido se han conservado algunos párrafos en latín por Jerónimo (en Carta a Algasia, cuestión 6, Migne, Patrología Griega, VI, col. 1605). 42 Aparentemente Ireneo no mantiene una actitud antijudaica claramente expuesta como otros autores que estamos citando. En su obra fundamental Adversus haereses (Contra las herejías) acepta la ley de Dios (IV,13: 2 ss. cf. IV, 13: 1), e incluso da una interpretación correcta cuando dice "todos los preceptos naturales nos afectan por igual a nosotros y a los judíos: en estos tuvieron comienzo y origen, mientras que en nosotros han llegado a su madurez y a su cumplimiento" (ver sobre Adversus haereses edición de José Vives, Los Padres de la Iglesia, ed. Herder, Barcelona 1982, pp. 146, 147, 185). Pero hace algunas interpretaciones puntuales como por ejemplo de que "en vez de pagar los diezmos tal como dice la ley, hay que dar todos nuestros bienes a los pobres" (en íd., p. 146) que muestra la línea interpretativa que dará al asunto del Sábado en Exposición de la predicación apostólica (cp. 96, recogido en Recherches de Science Religieuse, Paris 1916, pp. 426, 427), cuando dice que la ley "no tiene que mandar que descanse un día fijo a aquel que guarda cada día el sábado". Esto en cuanto a la ley, pero el evangelio, según lreneo, sí que debe poner un día fijo: el domingo (en Preguntas y respuestas a los ortodoxos del pseudo Justino, Migne (Patrología Griega, VII, col. 1234} ), convirtiendo al Sábado, incomprensiblemente, en algo puramente figurativo del reposo de Dios, señalando el reposo eterno (Adversus haereses, IV:16, de la edición francesa de Genoude, Les Peres de l'eglise, Paris 1835-1849, vol. ill, pp. 379, 380), por lo que ya no es preciso guardarlo. Colaborando de este modo a desprestigiar el Sábado contribuyendo a esa corriente antijudaica. 43 Hemos citado anteriormente (en nota 16) a Tertuliano en Ad Nationes 1, 13, donde defendiéndose de ciertas acusaciones de los romanos referente al día del Sol, Tertuliano les refiere que el día del Sol, lo tienen como festivo. No hay ninguna duda sobre esto, a tenor por todas las declaraciones y documentos que ya hemos expuesto. Sin embargo, los romanos, además del domingo o día del sol, también festejaban de modo alegre, el día de Satumo (El poeta Tibullus {año 54-19 a.J., dice que se aceptaba el día de Saturno como festivo{en Elegías, libro 1, parte 3, línea 18}). En realidad cada día de la semana planetaria estaba dedicada a un dios. Pero no olvidemos que el día del Sol tenía preferencia sobre todos, cuando a partir de comienzos del s. 11, el culto Solar con su día característico se ha ido imponiendo. La cita en cuestión introduce la idea del domingo que se guarda y celebra por los romanos de modo especial ( por lo tanto no deberían de ser criticados, según Tertuliano, de adoradores del Sol los cristianos porque celebren ese mismo día). Hay diferencias, según Tertuliano con la forma de guardar ese día del Sol, del mismo modo que lo hay en la manera que los romanos tienen de festejar el sábado a Saturno con el modo de festejarlo que tienen los judíos que celebra como sagrado el Sábado (correspondiente en la semana planetaria pagana a Satumo). «¿No sois vosotros, al menos los que habéis dado a uno de los días de la semana el nombre del sol? Ese día os abstenéis completamente del baño, o bien lo retrasáis al anochecer, os entregáis al descanso y a los festines; todo ello lo realizáis apartándoos del espíritu de vuestro culto para acercaros al de las religiones extranjeras. Por que los judíos celebran fiestas, sábados, banquetes (...) ofrecen oraciones expiatorias, aunque todo eso no se parece en nada a lo de vuestros dioses. De modo que, para acabar esta observación ¿con qué derecho nos reprocháis el adorar al sol y haber escogido el día que le es consagrado? Os parecéis a nosotros en esto; reconocedlo: no estamos tan lejos de vuestro Saturno ni de vuestros sábados» (contenido en traducción de Genoude, op. c., pp. 493, 494). La mención al final de esa cita cuando introduce a los judíos con su sábado, es, que ellos los romanos cuando hacen su fiesta en honor a Satumo, lo realizan muy distintamente a como lo hacen los judíos. De ese mismo modo cuando celebran el día del Sol también lo viven de distinta manera los cristianos respecto a lo romanos, aun cuando haya un cierto parecido por haber escogido el día que le es consagrado al Sol; y semejante a la manera alegre con que guardan el día de Satumo, que para los romanos es un día de ocio a diferencia del día judío. El día del Sol, es el día de reposo que celebran tanto romanos como ciertos cristianos en la Iglesia de Roma, y el modo alegre es semejante al festejo que realizan a Satumo los romanos. Sobre el día del Sol, denominado así por Tertuliano para referirse al domingo, desvalorizando el sábado judío, puede verse Apología (Contra los gentiles, cp. XVI, traducción y preparación Pedro Manero, ed. Aguilar, Madrid 1962, pp. 245, 246). 44 Clemente de Alejandría en sus Stromateis no solamente se adhiere a una gnosis cristiana (VII, 10:55, 1; V, 4: 25, 1 ss.; 1, 1:13, 2; 1, 55; VI, 7:61) (ver edición de José Vives, op. c., pp. 207-220), sino que en su espiritualización radical destruye la posibilidad de que se descanse en "días fijos"; pero eso no le evita para expresar la idea de que "el sábado preparó al domingo, siendo dicho domingo el cumplimento del sábado, encontrando con el primer día de la semana una relación entre la creación de la luz del primer día con el día de la resurrección de Cristo, considerándola fuente de luz verdadera y de auténtica sabiduría". 45 Orígenes, otro representante de la llamada gnosis cristiana, y discípulo de Clemente, todavía extremará más su posición espiritualista, no aceptando ningún día específico a celebrar (Contra Celso, libro VIII, en edición de Daniel Ruiz Bueno, BAC, Madrid 1967). 46 Este autor considera el octavo día que se celebraba la circuncisión como una especie de símbolo y figura del primer día después del Sábado, es decir del domingo que sería también, de acuerdo a esa retorcida interpretación, "el octavo". En dicho octavo día, que sería el domingo, acontecería la circuncisión espiritual, gracias a la resurrección de Cristo, cesando el sábado judío, trayéndonos la realidad del día nuevo a celebrar: el domingo o primer día de la semana ¿Increíble esta interpretación? (verla en Epístola LXIV, 4, 3). Sobre las obras completas de Cipriano puede consultarse la edición preparada por Julio Campos, BAC, Madrid 1964). Cipriano contribuye sin duda a esa situación antijudía, anterior a Constantino, a fin de aceptar el Domingo en detrimento del Sábado. No es de extrañar que en otro escrito atribuido a Victorino, obispo de Petavio (De fabrica mundi (De la Creación del mundo), nuestro autor nos hable del ayuno inventado en sábado a fin de diferenciarse del sábado judío que detesta. 47 A Houtin, Courte histoire du Christinaisme, Paris 1924, pp. 28, 29. Ver también sobre esto a Georges-Aimé Murray, Religion and Philosophy, Christianily in the Light of Modsem Knowledge, Nueva York 1929, pp. 73, 74. 48 Este antijudaísmo alimentado por la actitud judía frente a la política romana imperialista que tiene un primer punto culminante con la destrucción de Jerusalén en los años 65 al 75, se ve desarrollada con Adriano, Anteriormente a los judíos se les había permitido, junto a otras muchas religiones practicar la suya. Pero en la época de Adriano (117 a 138 d.J.) (noten las fechas y compárenlo con el primer anuncio documentado católico qué tenemos, el de Justino, dirigido al emperador Romano, y que habla de que ellos los cristianos guardan el día del Sol y no el de Satumo como los judíos{alrededor del 138-140}), se da una prohibición, bajo pena de muerte, para todo el imperio, de practicar la circuncisión, la observancia del Sábado y el estudio de la Torá (ver S. Baron, Histoire d'lsrael, vie sociale et religieuse, Paris 1957, vol. ll, p. 733). Puede consultarse sobre el antijudaismo propiciado tanto por Roma como por los escritores tempranos de la 1glesia, a Hans Küng, El Judaísmo, ed. Trotta, Madrid 1993, pp.148-156. 49 Desde la época de los F1avios (durante el emperador Domiciano {81-96}, Trajano {98-117}, Adriano {117- 138}), Y Antoninos (138 en adelante), y con Séptimo Severo (193-235), los judíos, además de ser diezmados, son perseguidos impidiendo su crecimiento (ver sobre esto Gran Historia Universal, vol. IV, edic. Najera, Madrid 1988, pp, 267, 272, 292; Martin Noth, Historia de Israel, edic. Garriga, Barcelona 1966, pp. 395-400). 50 Con Antonino Pío se da autorización a que los judíos puedan circuncidarse (Martin Noth, Historia de Israel, p. 396), lo que muestra la severidad anterior, y lo que todavía queda prohibido, que desde Adriano ha orientado la política religiosa con los judíos. 51 Historia universal de G. Oncken, vol. 9, op. c., p. 281. 52 Tibullus (poeta latino del 54-19 a.J.), en Elegías, libro 1, parte 3 línea 18 (citado por Daniel Harnmerly Dupuy, en El Nuevo Calendario, Buenos Aires 1937, p. 60. 53 Ver nota 16 y 43. 54 Ponemos el asunto del día del Sábado dedicado a Saturno porque en relación con la cuestión judíd'cristianismo se da una identidad que explica el comportamiento de unos y de otros. No queremos indicar que la forma de guardar el Sábado por los Romanos y que de acuerdo a la semana planetaria se hacia en base al dios Saturno, sea la misma que la del Sábado instituido por el Dios verdadero en honor a la Creación y posteriormente de la Redención. El culto al dios sol y el domingo III Constantino como sus predecesores sigue siendo Augusto: un Emperador que encarna en su persona todo lo que significa 'Roma' 55. Es, además, un puente tendido y comunicativo hacia una Iglesia, en la que sus máximos representantes en Roma son proclives a un entendimiento con el Imperio 56, y que terminará claudicando y aceptando el envite Constantiniano. Desde el famoso edicto de Milán acontecen toda una serie de eventos que los historiadores no han tenido más remedio que señalarlos como los causantes del engendro de un tipo de Iglesia Imperial, a imagen y semejanza de la propia apostasía Romana, y que corrompe las estructuras esenciales de la doctrina cristiana 57. Los autores de La Historia de la Iglesia Católica 58, dicen del edicto de Milán: «En el programa de Milán es evidente el sello de la voluntad constantiniana configuradora que, de acuerdo con la concepción antigua, consideraba al cristianismo como garantía de bienestar público y lo vinculaba a su política imperial» ¿Qué implicó esta vinculación de la representación eclesial, llamada cristiana, a la política Imperial? Sólo el comportamiento y actitudes que Constantino asume con la connivencia de una Iglesia que acepta ser parte integrante de la Idea Imperial Romana que Constantino encarna, y que de ningún modo abandonará, es suficiente como para poner en entredicho a ese tipo de Iglesia y a lo que resulte de la integración. En principio nos llama la atención la cantidad de favores, mercedes, dinero, edificaciones, autoridades, prefecturas, etc.. que a partir del edicto se otorgan a una Iglesia que ha perdido la orientación de quién es su auténtico Jefe. «Este edicto, (...) fue seguido de muchas otras mercedes a favor de la Iglesia (...»> S9. «Desde el año 313 Constantino manifestó una 'simpatía activa' hacia el cristianismo que se expresó en muchas ocasiones y de formas diversas: proporcionó (...) considerables sumas de dinero (...) puso a disposición de la Iglesia el palacio de Letrán (...) participó en la edificación de muchas Iglesias (...) Los cristianos pudieron asumir los cargos estatales más altos (...). (...) manifestó su interés por la Iglesia legislando a su favor y llegando a reconocerle un estatuto particular (...)> 60. En segundo lugar descubrimos una Alianza que supone un compromiso de esa Iglesia: «Por tanto se puso a la cabeza del nuevo movimiento (...) Aliándose con la Iglesia podía esperar que, usando de prudencia al mismo tiempo que de energía, la haría servir de instrumento para la consolidación y revivificación del imperio (...) (...) Estas fueron las ideas que determinaron a Constantino a promulgar el edicto de Milán y que inspiraron su política en adelante» 61. Este tipo de compromiso vendrá marcado, y creará un contenido, por las actitudes manifestadas tanto por Constan tino como por esa Iglesia que está admitiendo su integración. Observamos en toda la conducta de Constantino la idea de someter a la Iglesia al servicio del Imperio, más o menos como el Sacerdocio pagano de la época imperial lo había estado al. Emperador. En un recorrido de la vida de Constantino, de acuerdo a las tesis que sostienen diferentes investigadores, se revela un tercer aspecto que encierra varias de sus actitudes y posiciones que nos permiten saber lo que supuso esa vinculación de la Iglesia al Imperio. No hubo ruptura con la religión pagana de la que Constantino era adepto, gestándose un entendimiento con una Iglesia que había evolucionado de acuerdo a las pretensiones de Unidad Ideal que el Imperio Romano exigía El edicto de Milán se había dado a primeros del año 313, en el verano moría Diocleciano: «Constantino permitió que el Senado en Roma declarara divino al difunto (...»> 62. Esto con el proceso que se inicia y desarrolla, sirve para catalogar la Ideología Constantiniana y lo que se obtendrá de su alianza con la Iglesia. Se constituye en Jefe y Pontifex Maximus, (Sumo Pontífice), órgano visible de la divinidad, de una Iglesia de la que ni tan siquiera es miembro: «¿Rompió por tanto, el primer emperador cristiano con el paganismo tradicionalmente unido al Estado romano? Sería excesivo afirmarlo: el príncipe continuó siendo pontifex maximus (...»> 63. Ya sabemos las connotaciones que posee dicho título con el culto al Emperador, y con la Jefatura absoluta tanto de lo temporal como de lo religioso 64; ahora comprobamos que Constantino se erige, de acuerdo al Ideario Imperial Romano, en la Autoridad Suprema de la propia Iglesia. «(...) bajo la presión de las necesidades políticas e impulsado también por una actitud religiosa (...) Constantino llegó a ser, sin embargo, el primer jefe de la Iglesia del imperio, sosteniendo y regentando esta Iglesia con una ausencia de escrúpulos tan grande como peligrosa (...»> 65. «Con la subida de Constantino y con la fusión de la Iglesia cristiana y de sus intereses con el imperio y los suyos, adquirió la contienda nueva importancia, y la política imperial tuvo que influir forzosamente en ella. Constantino (...) aprovechando el cisma, logró someter a sus planes políticos a la Iglesia vencedora y hacer de ella un instrumento importante de su autoridad imperial». «Entonces se vio que el emperador sin ser miembro de la Iglesia, ni siquiera exteriormente, era el centro directivo de los debates. El había convocado este primer concilio ecuménico fijando lugar y tiempo de la reunión (...); y el abrió y presidió los debates. (...). Además, sobre la decisión dogmática final de este concilio ejerció Constantino una influencia decisiva» 61. Esta Jefatura, no es simplemente honorífica, es fruto de la Autoridad que le otorga el ~ título Pontifex Maximus: «(...) él vuelve pues a tomar (...) la idea del Pontifex Maximus imperial, que Decio y Diocleciano habían intentado aplicar unificando la vida religiosa del imperio sobre la base de la antigua religión
 
   
 
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