PROFECIAS BIBLICAS ¿ realidad o ficcion )
  el pecado de meroz
 
El Pecado de Meroz Por veinte años los hijos de Israel habían sufrido bajo el dominio de Jabín, rey de Canaán, y Sísara, su capitán. Año tras año Israel no había estado dispuesto a reconocer que la desobediencia al Señor era la causa de sus calamidades y sufrimientos. Muchos jamás admitieron la causa. Pensaban que eran acontecimientos naturales, pero cuando les quemaba sus casas y aumentaban los asaltos, cuando les robaban sus hijas o esposas que fueran esclavas de un tirano pagano, con cada violación y muerte que se producía, los que eran más sensibles al Espíritu de Dios, experimentaron una nueva convicción de sus pecados, hasta que finalmente un alto porcentaje se arrepintió y en humildad clamó a Dios por ayuda, algo que podrían haber hecho veinte años antes. "Entonces los israelitas clamaron al Señor, porque aquél tenía novecientos carros herrados, y durante veinte años había oprimido cruelmente a los israelitas" (Jueces 4:3, NRV). Los hijos de Israel no tenían implementos de guerra, porque se los habían confiscado; por el contrario, los cananeos estaban totalmente armados y dirigidos por capitanes entrenados. Finalmente, en su situación extrema, los hijos de Israel se volvieron al Señor y él escuchó sus oraciones, pero no las respondió en la forma en que esperaban. Querían un general, pero les envió a una mujer, Débora, a quien Dios había elegido para juzgar a Israel en ese tiempo, y también le había dado el don de profecía y la había hecho líder de Israel. En respuesta al clamor de su pueblo, por medio de ella, su profetisa elegida, les envió un mensaje. "Ella mandó llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te mandó el Eterno, que vayas al monte Tabor y reúnas a diez mil hombres de Neftalí y Zabulón, y yo atraeré a ti al arroyo Cisón, a Sísara, jefe del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos?" Barac respondió: "Si tú vienes conmigo, iré. Si no vienes conmigo, no iré" (Jueces 4:6-8). Barac, en su temor, rehusó ir a menos que Débora fuera con él. Ella fue porque era tan valiente en la batalla como lo era aconsejando o dando un testimonio directo a Israel, pero le advirtió a Barac que porque no obedeció al Señor, sino que dependió de ella, la victoria se obtendría por manos de otra mujer. Le contestó: "iré contigo. Pero la honra no será tuya, porque en mano de una mujer entregará el Eterno a Sísara. Y Débora se levantó y fue con Barac a Cedes" (versículo 9). Así fue como Débora dirigió el ejército y Jael, la esposa de Heber, cuñado de Moisés, mató al comandante de los cananeos. "En los días de Samgar hijo de Anat, en los días de Jael, los caminos quedaron desiertos, los caminantes se apartaban por senderos sinuosos. Las aldeas habían cesado en Israel, habían decaído, hasta que yo, Débora, me levanté, me levanté madre en Israel. Cuando elegían nuevos dioses, la guerra llegaba a las puertas, y no se veía lanza ni escudo entre cuarenta mil en Israel" (Jueces 5:6-8, 24). ¡Qué descripción se hace aquí de los últimos días! Así como Israel, porque se había apartado del Señor, fue llevado cautivo por una nación pagana, muchos murieron y el remanente tuvo que esconderse en las rocas y en las montañas. Así por muchos años, el Israel espiritual, debido a su apostasía en los primeros siglos, ha estado bajo el dominio del poder de la bestia. Como dice la Biblia, muchos murieron y el remanente tuvo que esconderse en el desierto. Pero en los últimos días, debido al clamor del pueblo de Dios, se está proclamando un mensaje decidido al mundo, representado por un ángel que vuela por medio del cielo, clamando en alta voz a todos los moradores de la tierra. El pueblo de Dios ya no estaría escondido, sino que debería estar en primera plana y tomar su lugar ante el mundo. PONIENDO LA VIDA EN JUEGO Si bien es cierto que algunas cosas relacionadas con la victoria de Débora, Barac y Jael señalan hacia la conclusión gloriosa de la obra de Dios, también hay elementos decepcionantes en la historia que ilustran la frustración final de la obra de Dios en esta tierra. En Jueces 5:14-17 Débora menciona varias tribus a las que se les había propuesto que vinieran a ayudar al Señor y se unieran al combate. El llamado de armarse para la batalla, se dio a Efraín, Benjamín, Manasés [que es Machir], Zabulón, Izachar, Rubén, Galaad [la otra mitad de Manasés], Dan, Aser y Neftalí. A diez de las doce tribus se las menciona por nombre. En todas las otras, sin dudas había cientos de miles de hombres calificados, pero ¿cuántos vinieron en ayuda del Señor? De las diez tribus citadas, ¿cuántas respondieron? En Jueces 4:14 se nos dice que diez mil fueron en pos de Barac a la batalla. En el versículo 17 de Jueces 5 se dice que Galaad permaneció del otro lado del Jordán para no involucrarse. ¿Por qué se quedó Dan junto a sus navíos? "Pensaron estaremos más seguros aquí pescando". "Aser se mantuvo junto a la ribera del mar; se quedó en sus puertos". Zabulón y Neftalí, las dos tribus principales, arriesgaron sus vidas, pero el resto no respondió y Dios no se agradó de ellos. Mientras esos hombres de Israel profesaban ser leales al Señor, no quisieron arriesgar sus vidas contra un enemigo invencible, pero el Señor dice: "El que halle su vida, la perderá; y el que pierda su vida por causa de mí, la hallará" (Mateo 10:39). ¿Alguna vez se puso usted en el lugar de Eleazar? Los filisteos, contra quienes peleaba, estaban poseídos por el demonio. No eran debiluchos. No estaban jugando simplemente juegos de video; tenían verdaderas espadas y estaban acostumbrados a usarlas para cortarle la cabeza a la gente, y no eran uno o dos, sino cientos. Estaba rodeado y peleó con toda su fuerza, evitando la espada una y otra vez. Eleazar fue a la batalla para dar su vida como mártir de Dios. No esperaba salir vivo del combate. Eleazar dijo: "Moriré por el Señor, no retrocederé" Fue a la batalla y el Altísimo lo protegió entre todos esos cientos de miles, y obtuvo la victoria. Jesús dijo: "El que halle su vida, la perderá; y el que pierda su vida por causa de mí, la hallará" (Mateo 10:39). Esa es la valentía que Dios espera de su pueblo hoy. Lamentablemente no la encontró en Israel en los días de Débora. En la batalla de Débora y Barac, cuando se hizo un llamado general a Israel, la gente le atribuyó más valor a su vida que al llamado de Dios. No era mala gente. Eran religiosos, se lamentaban por los pecados de Israel y lloraban por su liberación. Se consideraban básicamente buenas y piadosas. No se dice que hayan colaborado con el enemigo. En general apoyaban moralmente la causa, pero no estaban dispuestos a exponer sus vidas. Tenían que cuidar a sus familias y atender sus negocios. Su propio futuro estaba en juego. El Señor usó el término Meroz para describirlos. Podemos leer en Jueces 5:23 lo que dice acerca de este pueblo de Meroz, en el canto de Débora, mientras ella, bajo la inspiración del Señor recordaba los eventos de la batalla y a los que no vinieron en ayuda del Señor, los de Galaad, Dan, Aser y otros. "¡Maldecid a Meroz ‹dijo el ángel del Eterno, maldecid severamente a sus habitantes, porque no vinieron en ayuda del Eterno, en ayuda del Eterno contra los fuertes!" (Jueces 5:23). LAODICEA, EL MEROZ DEL NUEVO TESTAMENTO Este versículo tiene un significado especial en nuestros días, porque se relaciona con los versículos de Apocalipsis 13:14 en adelante, donde Dios habla del Meroz del Nuevo Testamento, que es el pueblo de Laodicea. Meroz es un prototipo de Laodicea. Es el tipo en el Antiguo Testamento de Laodicea en el Nuevo. Elena de White a menudo menciona la experiencia de Meroz porque ella estaba viviendo en los días de Laodicea. Ella dice lo siguiente acerca de Meroz: "No habían cometido pecados graves, ni violentos, y sin duda estaban sobre el fundamento correcto y Dios aceptaría sus obras. No tenían pecados especiales de los cuales arrepentirse, ni pecados que requirieran humillación especial, confesión humilde, ni desgarramiento del corazón. El engaño de los tales, es sumamente fuerte porque confunden la forma de la piedad con su poder, y se halagan a sí mismos creyendo que son ricos y que no tienen necesidad de nada" (Testimonies [Testimonios], t. 2, p. 395.1). "La maldición de Meroz recaerá sobre esos cristianos infieles a menos que abandonen su apatía. La maldición de Meroz recaerá sobre ellos: "Maldecid a Meroz, dijo el ángel de Jehová; maldecid severamente a sus moradores, porque no vinieron en socorro a Jehová, en socorro a Jehová contra los fuertes" (Testimonies, t. 2, p. 395,396). "Como ilustración de que habéis fallado en acudir a colaborar en la obra de Dios, como era vuestro privilegio hacerlo, se me han señalado estas palabras: Maldecid a Meroz, dijo el ángel de Jehová: Maldecid severamente a sus moradores, porque no vinieron en socorro a Jehová, en socorro a Jehová contra los fuertes" (Servicio Cristiano Eficaz, p. 47). "¿Qué había hecho Meroz? Nada. Tal era su pecado. La maldición de Dios cayó sobre sus habitantes por lo que no habían hecho" (Testimonios Selectos t. 3 p. 108). En página tras página de sus escritos, la hermana White menciona diversas formas como el Israel actual no ha acudido en ayuda del Señor. Escribe en Señales de los Tiempos del l9 de diciembre de l878. "Es nuestro anhelo que los que han confiado medios a extraños se den cuenta de que la causa de Dios puede ser beneficiada por su uso. El Señor los ha puesto en sus manos para probarlos, para ver si le devolverán lo que le pertenece cuando Él los llame a hacerlo. No se les han confiado medios para acumularlos ni para usarlos en beneficio propio. Los que están murmurando y quejándose por el desembolso de medios en la casa publicadora y en la iglesia, deberían estar trabajando para hacer su parte, a menos que sean hallados faltos al desempeñar el papel de Meroz. Dios dio un mandato: Maldecid a Meroz, dijo el ángel de Jehová; maldecid severamente a sus moradores, porque no vinieron en socorro a Jehová, en socorro a Jehová contra los fuertes". Señales de los Tiempos del l9 de diciembre de l878 Hay quienes tienen medios y talentos y no los usan para el Señor. Tienen la oportunidad de testificar y no están haciendo nada. Todo esto está descrito en el mensaje de Laodicea. "Muchos de nuestros miembros son tibios. Ocupan la posición de Meroz, ni a favor ni en contra, ni fríos ni calientes" (Testimonies, t. 5, p. 76, 77). Si hay algo que describe al profeso pueblo de Dios hoy, es que no es ni frío ni caliente. Ni a favor, ni en contra. No quieren estar en contra de nada, solamente asumen la actitud de "esperar y ver". Elena de White dice que este es el pecado de Meroz. "Oyen las palabras de Cristo pero no las hacen. Si permanecen así, los rechazará con repulsión. Muchos de los que han tenido gran luz, grandes oportunidades y todas las ventajas espirituales alaban a Dios y al mundo con el mismo aliento. Se postran delante de Dios y de Mamón. Se regocijan con los hijos de este mundo, y pretenden recibir la bendición de los hijos de Dios. Desean que Jesús sea su Salvador, pero no están dispuestos a cargar su cruz ni llevar su yugo. Quiera el Señor tener misericordia de ustedes; porque si siguen por este camino sólo se podrá profetizar el mal puede sobre ustedes" (Ítem., p. 77). TIPOS DE LAODICEA En la Biblia hay varios tipos de la iglesia de Laodicea. Hay uno muy definido en el Antiguo Testamento: la gente de Meroz, y otro en el Nuevo Testamento en Mateo 11. Así como Elena de White escribió una y otra vez acerca de la maldición de Meroz aplicándola a Laodicea, también lo hacen estos versículos. "Entonces empezó a denunciar a las ciudades donde había hecho muchos de sus milagros, y no se habían arrepentido: ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que fueron hechos en vosotras, hace tiempo que se hubieran arrepentido en saco y en cilicio" (Mateo 11: 20, 21). Betzaida y Corazin, eran ciudades de Israel, y él se estaba dirigiendo a los que guardaban el sábado, devolvían sus diezmos, y eran profesos miembros de la verdadera iglesia de Dios. "Y tú, Capernaúm, que eres levantada hasta el cielo, hasta el sepulcro serás abatida. Porque si en Sodoma se hubieran realizado los milagros que fueron hechos en ti, habría quedado hasta hoy" (Mateo 11:23) Al referirse a este pasaje en la Review & Herald, 1 de agosto, 1893 Elena de White dice específicamente que ésta es la Iglesia Adventista del Séptimo Día: "De aquellos que se jactan de su luz y sin embargo no andan en ella, Cristo dice: Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón, que para vosotras. Y tú, Capernaúm [adventistas del séptimo día, que han tenido gran luz], que eres levantada hasta el cielo [en materia de privilegios], hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy" (Eventos de los Últimos Días, pp. 49, 50). También se refiere a Capernaúm como la Iglesia Adventista del Séptimo Día en materiales de l888, 637, 612 y 851, y en otros escritos. Aquí se compara a la iglesia de Laodicea del Nuevo Testamento con Capernaúm, una hermosa ciudad ubicada junto al lago de Galilea. Estaba situada en una encrucijada entre las naciones y tenía una ventaja espiritual única. Jesús había predicado allí y sus habitantes habían oído los mensajes de Juan el Bautista, y no eran tan malvados como la gente de Nazaret. Eran buenas personas. Fieles miembros de iglesia, en realidad, del pueblo de Galilea (que incluía Capernaúm), se nos dice en El discurso Maestro de Jesucristo, p. 8, que no estaban bajo la influencia de los sacerdotes y fariseos tanto como la gente en Jerusalén y que casi aceptaron a Jesús. (Vea también El Deseado de Todas las Gentes). Jesús le predicó a esta gente y el poder de la jerarquía, casi se quebrantó. "Casi"... ¡Eso sí que es Laodicea!. PEOR QUE SODOMA Jesús dijo que la gente que está casi salvada, es peor que la de Sodoma. ¡Increíble! ¿Cómo pudo Jesús decir tal cosa? En Sodoma, había homosexuales, dados a toda perversión y crimen imaginables. Bien se los podría comparar a los homosexuales de San Francisco. Imagínese que está en una iglesia Adventista, no la peor: tiene un hermoso órgano, los miembros dan muchas ofrendas, van al culto los sábados, y escuchan hermosos sermones. Y Cristo viene y les dice: "Ustedes son peores que los homosexuales de San Francisco". Puedo asegurarles que no lo invitarían otra vez. "Por tanto os digo, que el juicio será más tolerable para Sodoma que para ti" (Mateo 11:24). ¿Cuántos creen que era verdad lo que dijo Jesús? ¿Cuántos padres preferirían que sus hijos fueran homosexuales en las calles de San Francisco en vez de que siguieran siendo miembros tibios de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, limitándose a guardar el sábado y devolver el diezmo, semana tras semana? Los padres quieren lo mejor para sus hijos, ¿verdad? Cristo dijo que la gente de Sodoma estaba en mejor situación que la de Capernaúm. ¿Han oído alguna vez decir que debemos retener a nuestros hijos en la iglesia, no importa cómo? Debemos mantenerlos en la iglesia aunque tengamos que mostrarles películas o lo que sea para entretenerlos. ¡Cristo dice que estarían mejor en Sodoma! "Escribe al ángel de la iglesia de Laodicea: Así dice el Amén, el Testigo Fiel y Verdadero, el origen de la creación de Dios" (Apocalipsis 3:14). Aquí le recuerda a la iglesia que así como fue fiel y verdadero con Capernaúm y con la gente de Meroz, será firme ahora. La mayor parte de la gente no cree esto. Por eso Cristo empieza su mensaje con estas palabras: "Soy el que no exagera, el que te dice la verdad. Conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!" (Versículo 15). Dice: "Piensas que conoces tus obras pero Yo soy el que las conoce y veo que no eres ni frío ni caliente". Podemos pensar: Bueno, ¡Alabado sea Dios! Por lo menos estamos a medio camino, pero Cristo dice: "¡Ojalá fueses frío o caliente! Es decir: "Preferiría que fueras frío y no tibio". Mucha gente no cree eso. TOTALMENTE EN EL MUNDO O A MEDIAS EN LA IGLESIA Dios dice en la Biblia: "Prefiero que seas frío y no tibio; que estés completamente en el mundo y no a medias en la iglesia". En los versículos 16, 17 dice: "Porque eres tibio, ni frío ni caliente, estoy por vomitarte de mi boca. Tú dices: 'Yo soy rico, estoy enriquecido, y nada necesito'. Y no conoces que eres un cuitado y miserable, pobre, ciego y desnudo" (Apocalipsis 3: 16, 17). ¡Qué delirio! NEUTRALIDAD Y LAODICEA. ¿Por qué dijo Dios que los vomitaría de su boca? Porque Laodicea está en una posición neutral y han asumido una posición neutral. "Si Dios aborrece un pecado más que otros, del cual su pueblo es culpable, es que no haga nada en caso de una emergencia. La indiferencia, una actitud neutral en medio de una crisis religiosa, Dios la considera un grave crimen equivalente a la peor clase de hostilidad contra él" (Testimonies, V. 3, p 281). La peor hostilidad contra Dios es ser neutral. Querido amigo, eso es lo que hoy se valora como una buena religión: el aceptarlo todo y a todo el mundo, neutralidad. Tenemos tal pluralidad de ideas que se aceptan y se creen en la iglesia hoy, que frente a diversos problemas estamos condicionados para ser neutrales. En la Review & Herald del 25 de febrero de l902, Elena de White dice que hay más esperanza para un enemigo declarado que para alguien que es neutral. Dios dice que por eso los vomitará de su boca. ¿Dónde está la fortaleza de nuestro pueblo? ¿Dónde está la gente que está dispuesta a decir: Esto está mal y no lo vamos a aceptar ni vamos a decir que está bien? Elena de White dice que estos pastores, que predican buenos sermones, son los que van a recibir esta maldición. Los sermones más peligrosos no son los que contienen errores ostensibles, sino los agradables, los que parecen buenos pero no dicen nada. Elena de White dice: "En esta época terrible, justamente antes de la segunda venida de Cristo, los predicadores fieles a Dios tendrán que dar un testimonio más definido aún que el de Juan el Bautista. Les espera una obra importante y de mucha responsabilidad, y a los que predican cosas apacibles no los reconocerá Dios como sus pastores. Un ay temible reposa sobre ellos" (Testimonies, t. 1, p. 321). En los testimonios ella escribe acerca de los que recibirán el sello de Dios y los que no lo recibirán. Estos últimos "procuran arrojar un manto sobre el mal existente, y excusar la gran impiedad que prevalece por doquiera," pero "los que tienen celo por el honor de Jehová y amor por las almas no callarán para obtener el favor humano" (Joyas de los Testimonios, t. 2, p. 65). Hay dos clases de personas en la iglesia en los últimos días. Los "buenos administradores", que actúan de tal manera que todo el mundo se siente bien, y que excusan la perversidad que los rodea, y los que no callan para obtener el favor de nadie, y que llaman al pecado por su nombre. ¿Cuál de estas clases creen ustedes que es la mayor en la iglesia? ¿Cuál obtendrá el control de la iglesia? Ella dice que los que se preocupan por el pecado, "son impotentes para detener el torrente de la iniquidad; de ahí que se llenen de pesar y alarma. Lloran delante de Dios al ver la religión despreciada en los mismos hogares de aquellos que han tenido gran luz. Se lamentan y afligen sus almas porque en la iglesia hay orgullo, avaricia, egoísmo y engaño de casi toda clase. El Espíritu de Dios, que inspira la reprensión, es pisoteado, mientras triunfan los siervos de Satanás. Dios queda deshonrado, la verdad anulada. Aquellos que no sienten pesar por su propia decadencia espiritual ni lloran sobre los pecados ajenos quedarán sin el sello de Dios" (Ibíd., p. 65). Algunos pastores enseñan en la iglesia que Dios es demasiado misericordioso para traer juicio sobre su pueblo, pero al seguir leyendo encontramos que esos mismos juicios están cayendo sobre esos pastores. "Así el clamor de paz y seguridad es dado por hombres que no volverán a elevar la voz como trompeta para mostrar al pueblo de Dios sus transgresiones y a la casa de Jacob sus pecados. Estos perros mudos que no querían ladrar, son los que sienten la justa venganza de un Dios ofendido" (Ibíd., p. 66). Hay quienes se refieren a estos buenos sermones diciendo: "nuestro pastor no predica el error, tampoco predica la verdad presente; pero por lo menos no predica el error. Tenemos un pastor neutral. Es mejor que nada". Pero no es mejor que nada, es de lo peor. Dios está buscando un pueblo dinámico. En los días de Débora hizo un llamado a la reprensión. Llamó a gente que estuviera dispuesta a arriesgar su vida. Hoy le está dando a cada miembro de iglesia, a cada pastor, a cada laico un mandato y un llamado a la acción y a la lucha. Hay dos declaraciones sobrecogedoras en el Espíritu de Profecía que me gustaría que observemos. La primera dice: "Pesan terribles ayes sobre los que predican la verdad, pero no son santificados por ella, y también sobre aquellos que consienten en recibir y sostener a los no santificados para que ministren en palabra y doctrina" (Ibíd., t. 1 p.90). Para los que están predicando sermones agradables y suaves y que mantienen a la gente entretenida semana tras semana, Dios pronuncia un ¡ay!. Pero no es sólo para ellos; creo que muchos de los profesos hijos de Dios piensan para sí mismos: "Señor, no soy responsable de lo que pasa. Todo lo que hago es venir a la iglesia semana tras semana. No tengo nada que ver con esta apostasía". Eso es lo que Meroz dijo: "No he hecho nada malo; sólo soy un buen miembro de iglesia". El Señor dice que los miembros de iglesia que consienten en recibir y conservar a los líderes no consagrados como pastores, son tan culpables como los que están desempeñando el cargo. La segunda declaración dice: "Si Dios pronuncia un ay sobre los que llama a predicar la verdad y rehúsan obedecer, un ay más enérgico reposa sobre los que asumen esta sagrada obra con manos sucias y corazones impuros. Así como hay ayes para los que predican la verdad mientras sus corazones y sus vidas no están santificados, los hay también para los que los reciben y mantienen a los no santificados en un cargo que no pueden cumplir" (Testimonies, t. 2, p. 552). Una persona no consagrada no podría seguir sirviendo sin el favor y el consentimiento de los miembros de la iglesia. Sin ese apoyo no podrían actuar injusta e incorrectamente, como no remunerar el ministerio de las mujeres, por ejemplo. ¿Sabían ustedes que hubo un momento en la vida de Elena de White cuando ella dijo: "Protesto en el nombre del Señor" (Spalding-Magan, p. 117). No quiero decirles cómo protestó, porque alguien podría acariciar una idea equivocada, pero tuvo que ver con asuntos financieros. Hay muchas maneras de apoyar y conservar a gente no consagrada para que sigan sirviendo, y el Señor responsabiliza a cada miembro de iglesia por sostener un sistema corrupto. ¿Estoy haciendo un llamado a una revolución? Espero que usted no me entienda mal, porque en realidad sí, lo estoy haciendo. En realidad no yo, sino el Señor, por medio de su mensajera Elena de White. Estoy citando simplemente el Espíritu de Profecía. ¿Qué significan estas declaraciones? ¿Cree usted que tienen algún significado para nosotros hoy? No quiero ese ay sea para mí. ¿Lo quiere usted? No sé cómo aplicar estas declaraciones, pero creo que todos los requisitos de Dios y todos sus mandamientos son posibles. BATALLA CONTRA EL ERROR "No es suficiente el simple hecho de profesar creer la verdad. Todos los soldados de la cruz de Cristo se obligan virtualmente a entrar en la cruzada contra el adversario de las almas, a condenar lo malo y sostener la justicia. Pero el mensaje del Testigo Fiel revela el hecho de que nuestro pueblo está sumido en un terrible engaño, que impone la necesidad de amonestarlo para que interrumpa su sueño espiritual y se levante a cumplir una acción decidida" (Joyas de los Testimonios, t. 1, p. 229). NEUTRAL VERSUS ENEMIGO DECLARADO Ella dijo que si esas personas los hubieran atacado cruelmente, no habrían hecho ni la décima parte del daño que hicieron al decir que eran amigos, mientras dejaban caer semillas de duda en el camino. ¿Qué dice Dios? ¡Ojalá fueses frío o caliente! Él dice que hay más esperanza para un enemigo declarado que para alguien que permanece neutral. ¡Maldito eres, Meroz! Maldito eres rigurosamente porque no hiciste nada. No estabas contra nosotros ni viniste a la batalla con nosotros. ¡Maldito eres, Meroz!. Eres peor que si hubieras sido nuestro enemigo: ¡diez veces peor! "Vi que estas pobres almas están engañadas por Satanás. Se lisonjean de que se encuentran bien, de que gozan del favor de Dios y son ricas en discernimiento espiritual, cuando son pobres, ciegas y miserables. Están haciendo la obra de Satanás, pero creen tener celo por Dios" (Ibíd., p. 150). ¿Podemos estar más ciegos espiritualmente que cuando creemos que somos fervientes y celosos por la causa de Dios, y sin embargo somos instrumentos de Satanás? De esto trata el mensaje de Laodicea. LA APOSTASÍA DEMANDA ACCIÓN ¿Qué despierta a la gente de la tibieza de Laodicea? En los días de Elías el pueblo de Dios estaba ciego a su necesidad espiritual, y el profeta intervino. "Mientras Elías veía a Israel hundirse cada vez más en la idolatría, su alma se angustiaba y se despertó su indignación. Dios había hecho grandes cosas para su pueblo. Lo había libertado de la esclavitud y le había dado las tierras de las gentes; . . . para que guardasen sus estatutos, y observasen sus leyes (Sal. 105: 44, 45). Pero los designios benéficos de Jehová habían quedado casi olvidados. La incredulidad iba separando rápidamente a la nación escogida de la Fuente de su fortaleza. Mientras consideraba esta apostasía desde su retiro en las montañas, Elías se sentía abrumado de pesar. Con angustia en el alma rogaba a Dios que detuviese en su impía carrera al pueblo una vez favorecido, que le enviase castigos si era necesario, para inducirlo a ver lo que realmente significaba su separación del Cielo. Anhelaba verlo inducido al arrepentimiento antes de llegar en su mal proceder al punto de provocar tanto al Señor que lo destruyese por completo. "La oración de Elías fue contestada. Las súplicas, reprensiones y amonestaciones que habían sido repetidas a menudo no habían inducido a Israel a arrepentirse. Había llegado el momento en que Dios debía hablarle por medio de los castigos. Por cuanto los adoradores de Baal aseveraban que los tesoros del cielo, el rocío y la lluvia, no provenían de Jehová, sino de las fuerzas que regían la naturaleza, y que la tierra era enriquecida y hecha abundantemente fructífera mediante la energía creadora del sol, la maldición de Dios iba a descansar garbosamente sobre la tierra contaminada. Se iba a demostrar a las tribus apóstatas de Israel cuán insensato era confiar en el poder de Baal para obtener bendiciones temporales. Hasta que dichas tribus se volviesen a Dios arrepentidas y le reconociesen como fuente de toda bendición, no descendería rocío ni lluvia sobre la tierra" (Profetas y Reyes, pp. 87, 88). Elena de White escribe acerca de una clase de gente que acarrean desánimo sobre el pueblo de Dios porque están en una condición vacilante: "Dios le puede dar a esta gente otra prueba, otra oportunidad, a fin de demostrar que no están mejor preparados ahora, para estar libres de toda rebelión y pecado, que antes de haber hecho sus confesiones. Tienen la inclinación de estar siempre del lado del mal. Y cuando se extienda el llamado a los que estarán del lado del Señor para que asuman una posición decidida a fin de vindicar la verdad, entonces manifestarán su verdadera posición. Los que han estado dominados casi todas la vida por un espíritu tan ajeno al Espíritu de Dios como lo fue Acán, serán muy pasivos cuando llegue el momento de llevar a cabo una acción decidida de parte de todos. Pretenderán no estar ni en un lado ni en el otro" (Testimonies, t. 3, pp. 27l, 272). Hay más de un Acán en el campamento. Son los que afirman que no están en ningún bando. Pero la hermana White dice que están siempre en el lado equivocado. Se ponen justo en el medio y dicen: "No pertenezco a ningún bando porque hay faltas en ambos lados. Siempre trato de ver sólo lo bueno en todas partes. Mi misión es unir a la gente". No asumen ninguna posición; no se ponen de ningún lado. Son como Acán, al no asumir ninguna posición siempre están en el lado equivocado, aunque se crean muy pasivos. Sigue diciendo, "Los que son auténticos y leales no ocultarán ese hecho, sino que dedicarán el corazón y las fuerzas a la obra, y arriesgarán todo en la lucha, no importa cómo resulte la batalla. Dios es un Dios que aborrece el pecado. Y maldecirá a los que apoyan al pecador diciéndole; todo va bien contigo" (Ibíd., p. 272). "Cuando Moisés bajó del monte con las dos tablas de piedra y vio a Israel adorando al becerro de oro, se airó grandemente y, arrojando al suelo las tablas, las hizo pedazos. Vi que Moisés no pecó en esto; se airó por Dios, celoso por su gloria" (Primeros Escritos, p. 163). "Aarón se mantuvo mansamente a un costado, y soportó la censura de Moisés con loable paciencia. La gente quedó encantada con la amable actitud de Aarón, y disgustada con la aspereza de Moisés. Pero Dios no ve como el hombre ve. No condenó el ardor y la indignación de Moisés frente a la degradante apostasía de Israel" (Testimonies, t. 3, p. 300.3). No puede haber peor LO QUE NECESITAMOS "La mayor necesidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni se compren; hombres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus almas; hombres que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos" (La Educación, p. 54). Amigo, si se mantiene firme de parte de la verdad, se pueden desplomar los cielos. EN DEFENSA DE LA VERDAD: NO DE SÍ MISMO Hoy el Señor está buscando un ejército. Un ejército de obreros que se despojen de sí mismos. No busca gente que se mantenga firme en su orgullo y su arrogancia. No busca personas independientes como lo fue Lucifer, sino gente humilde, que no se considere muy importante y que esté dispuesta a lavar los pies de los demás. Busca gente que, como Jesús, busque agradar a otros, siempre que puedan hacerlo con conciencia limpia. Dios busca gente que tenga un espíritu de amor, gente paciente. Dios quiere un pueblo que no luche por sus propios derechos, sino que esté dispuesto a sufrir el mal antes de defenderse a sí mismo. Si nos quitan el cargo que desempeñábamos en la iglesia, que así sea. Dejen que otros se encarguen de eso. Dios puede tener un plan mejor para nosotros. Quizá quiere que nos ocupemos de los necesitados. Siendo que la Biblia dice que se debe hacer todo decentemente y en orden, el Señor no busca gente que se ponga de pie en medio de un servicio de la iglesia para provocar desorden: quizás llegue un momento tal, pero debemos estar seguros de que es solamente bajo la influencia del Espíritu Santo, y no-consecuencia de nuestros propios impulsos. Dios no espera que saquemos la mota del ojo de nuestro hermano cuando tenemos una viga en el nuestro. Dios no busca gente insidiosa, criticona, con las que es muy difícil llevarse bien, ni fanáticas tampoco. Busca gente que se mantendrá firme de parte de la verdad aunque se desplomen los cielos. Gente activa en la causa de la justicia y que no permanezca al margen mientras las almas se pierden por causa de sermones complacientes y tibios que se dan desde el púlpito semana tras semana. Gente que haga algo, que proteste en alguna forma y que no se canse. Que como los hombres de David, tomen la espada y no la depongan hasta ganar la victoria. Sus manos podrán agotarse, pero se mantendrán aferrados a esa espada, la espada del Espíritu. Queridos amigos: Dios busca gente que esté dispuesta a sacrificar el ego, el honor, y todo lo que tienen, para poner en alto la bandera de la verdad. ¿Cuántos van a responder a este llamado? Dios ha dado un mensaje. Dijo: "Soy el testigo fiel y verdadero". "Conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente". "Desearía que fueras lo uno o lo otro, pero, porque eres tibio, ni frío ni caliente, estoy por vomitarte de mi boca. Tú dices: ŒYo soy rico, estoy enriquecido, y nada necesito¹. Por lo tanto, te aconsejo que compres de mí oro afinado en fuego, para que seas rico; vestidos blancos, para cubrir la vergüenza de tu desnudez; y colirio para ungir tus ojos y puedas ver" (Apocalipsis 3:18). "Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Sé, pues, celoso, y arrepiéntete. Yo estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a su casa, y cenaré con él, y él conmigo" "Al que venza". Hay algo que vencer. Hay algo que Meroz debe vencer. Hay algo que Capernaúm debe vencer. Y hay algo que Laodicea debe vencer. Amigo querido: Dios busca vencedores hoy. Gente que venza su timidez y su cobardía frente al peligro. Busca un pueblo que esté firme, bajo el temor de Dios, de parte de la verdad y la justicia. "Al que venza, le daré que se siente conmigo en mi trono; así como he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono" (Apocalipsis 3:19-22). "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias" (Apocalipsis 2:11). "Dios ha suscitado a hombres para hacer frente a la necesidad de este tiempo que clamarán en alta voz y no callarán, que alzarán la voz como trompeta, y anunciarán a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado. Su obra no es solamente proclamar la ley sino predicar la verdad para este tiempo. Jehová justicia nuestra. ¡La maldición de Meroz descansará sobre los que no vienen ahora en ayuda del Eterno contra los fuertes! Con el espíritu de Elías bien podemos formularnos esta pregunta. ¿Por cuánto tiempo más vacilaréis entre dos opiniones? Si el Señor es Dios, seguidle. Pero si Baal lo es, servidlo" (Review & Herald, 13 de agosto de 1889). ¿Está dispuesto usted a permanecer firme de parte del Señor aunque se desplomen los cielos? ¿Está dispuesto a decir: "No quiero la maldición de Meroz, no quiero claudicar entre dos opiniones, ni a favor ni en contra, sino que quiero estar firme por el Señor aunque se desplomen los cielos?
 
   
 
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